Kafka en la orilla
“Al día siguiente, cuando en aquella zona del barrio de Nakano llovieron sardinas y jureles, el joven policía se quedó blanco como el papel. Sin previo aviso, las nubes descargaron unos dos mil peces. La mayoría morían aplastados al dar contra el suelo, pero algunos sobrevivían y se deslizaban dando coletazos por las calles de la zona comercial. Los peces, frescos y oliendo a mar, topaban ruidosamente contra coches, personas, edificios y tejados, pero no parecía que cayeran desde una altura considerable, así que nadie resultó herido. Fue más la sorpresa que otra cosa. En vez de piedra o granizo cayeron peces, en un espectáculo verdaderamente apocalíptico.
La policía investigó el caso, pero no se encontró una explicación plausible al fenómeno: ninguna lonja ni barco había denunciado la desaparición de tal cantidad de sardinas y jureles; en aquel momento no había aviones ni helicópteros sobrevolando el barrio; tampoco había constancia de que se hubiera producido un tornado y finalmente se descartó la posibilidad de que se tratara de una broma, considerando que resultaba demasiado complicada. Siguiendo las indicaciones de la policía, el centro de salud del barrio de Nakano recogió una muestra de peces y los analizó, pero no encontró nada extraño. Eran sardinas y jureles normales, frescos y buenos. Sin embargo, temiendo que los peces pudieran contener alguna sustancia peligrosa, un furgón de la policía patrulló por el barrio aconsejando a los vecinos que no se los comieran”.
Haruky Murakami
(Traducido del catalán)
Haruky Murakami nace en Kioto, en 1949. Hoy en día se considera uno de los autores de la vanguardia narrativa japonesa. Su estilo y los temas que trata lo han convertido en un autor controvertido. No sabría decir si mejor o peor que otros, pero sí diferente.
Su prosa sencilla, directa, por momentos naíf, no destaca por su belleza formal. Resulta difícil pronunciarse sobre el tema, porque la mayoría de los lectores accedemos a su obra traducida.
En algunas de sus novelas, destaca la puntuación incómoda. Predomina el punto y seguido que no produce, en general, un efecto cortante, sino que proporciona cierta impresión de desconcierto, como si fuera forzada. Esto ocasiona que la voz narrativa, por momentos, resulte distante, como si contara la historia alguien desprovisto de emociones: un observador hasta cierto punto desconcertado que narra lo que sucede en ese instante. Su forma de contar recuerda al autor de una crónica periodística.
Sus relatos revisten un aire surrealista, onírico, algo daliniano. Su estilo rescata lo extraño, lo irracional, lo improbable y lo inserta en el mundo real. Ante situaciones insólitas, sus personajes se muestran, a menudo, perplejos; como si experimentaran la sensación de vivir un sueño.