Cuando afrontas la escritura de un relato tienes la impresión de que has visualizado en tu mente cada instante, cada detalle. Tienes la seguridad de que has espiado lo que sucede sobre el escenario y, además, piensas que serás capaz de plasmarlo sobre el papel exactamente como sucedió.

Después de veinticinco años trabajando como asesora literaria e impartiendo talleres de narrativa, me he dado cuenta de que, a menudo, tras revisar los escritos de los autores con los que trabajo, se llega a la conclusión de que, aquello que los personajes realizaban en sus mentes no se plasmaba sobre el papel con la intensidad debida.

Hoy en día, todos conocemos la manera como la meditación nos ayuda a entrenar nuestra mente para conseguir un mayor grado de atención, concentración, sosiego, etcétera. Una de las actividades que se realizan en las sesiones de meditación implican la visualización de situaciones concretas. En Internet encontramos un buen número de meditaciones guiadas que nos permiten potenciar nuestras habilidades como creadores.

Para que puedas comprobar lo que aportan las actividades literarias basadas en la visualización guiada, te proponemos un ejemplo que hemos creado para que practiques. Solo necesitas que alguien lea el texto que te proponemos o, al contrario, puedes ser tú quien lo lea para que un compañero o compañera compruebe los beneficios de la actividad.

Se trata de un ejercicio de escritura, así que es importante que la realices en un espacio donde haya luz suficiente, pero que invite a la relajación; preferiblemente, iluminación de ambiente. Te recomiendo que escojas un lugar tranquilo, donde se pueda escuchar música suave de fondo.

Es importante que el texto sea leído, primero, por la persona que realice la lectura del texto y, después, por la persona que realice la actividad de escritura para que ambos comprendan el propósito de la misma y la situación en la que ambos deben sumergirse.

  • El propósito de la actividad es que, durante el proceso de visualización, recojas toda la información que te resulte posible. Fíjate en cada movimiento, en cada detalle.
  • Después de cada punto detente y toma nota de lo que has visto y vivido. Tras tomar notas, sitúate de nuevo en el escenario y continúa con el ejercicio.

¿Preparad@ para empezar?

¡Vamos allá…!

 

 

 

# Composición de una escena a partir de una visualización guiada

Actividad 1 | De la imagen al escenario: qué ocurre aquí y ahora

  1. Construye una imagen en tu mente. Sitúala en un tiempo preciso. En el que prefieras.
  2. Ahora, concéntrate. Estás en casa y te preparas para hacer un viaje. Coge un objeto que consideres que te puede resultar de utilidad. Dirígete a la entrada. En cuanto salgas, te encontrarás, de nuevo, en el escenario que acabas de visualizar.

 

Ya estás en él. Camina hasta la ventana. ¿Qué tiempo hace? Describe el paisaje de modo tan preciso como puedas. Presta atención a los sonidos que provienen del exterior. ¿Percibes algún olor? ¿Qué impresión te produce?

 

  1. Fuera de la casa hay una persona. Fíjate bien en ella. ¿Está sola o acompañada? ¿Qué está haciendo? Descríbela. Después, acércate. Sitúate muy cerca, justo detrás de su espalda. Pon una mano en el hombro. ¿Cuál ha sido su reacción?

 

  1. Regresa al interior, justo al lugar donde estabas, junto a la ventana. Recorre la habitación con la mirada. ¿Qué sensación te transmite el escenario? El caso es que te resulta familiar. Hay una mecedora con una muñeca junto a ti. Coge la muñeca. Déjala en el suelo y siéntate en la mecedora. Mécete. ¿Qué sensaciones te produce?

 

  1. Ahora, la ventana queda a tu izquierda. Frente a ti, a unos dos metros, hay una niña. No la habías visto antes. Descríbela con tanto detalle como puedas.

 

La niña se acerca. Te mira intensamente. ¿Qué impresión te produce? ¿Notas algún olor especial en este momento? Busca en tu bolsillo un dulce y dáselo. Uno para ti, uno para ella. Paladéalo. ¿Cómo sabe? ¿Qué te recuerda el sabor?

 

  1. Ahora, la niña te habla. Escucha lo que te dice. Respóndele. Imagina la conversación y transcríbela. Levántate de la mecedora y dirígete a la salida, que está a tres o cuatro metros, a tu derecha.

 

Fíjate bien en la sala antes de abandonarla. Ahora, crea un objeto. La niña te pregunta si puede jugar con él. Respóndele.

 

  1. Camina hacia la salida. Contempla el escenario por última vez y regresa a tu casa.

 

 

 

 

Actividad 2 |De la mente al papel

El trabajo de visualización que has realizado tiene que haberte servido para conseguir información que, ahora, podrás utilizar para componer tu escena. Ahora, es el momento de ordenarla y de escribir qué fue lo que pasó.

¡Inténtalo! Comprobarás que, tras el ejercicio, la situación que visualizaste se reflejará de forma nítida en el papel. Así será porque, en esta ocasión, la habrás vivido con mayor intensidad.

Si pones en práctica el ejercicio, no te cortes y envíanos un comentario. ¡Nos encantará conocer cómo te has sentido durante la experiencia!

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