Tranquilízate
Ante todo, tranquilízate. Quiero que entiendas que no es algo que te ocurra a ti. Es una situación que todo el que escribe afronta en ocasiones, aunque lleve años haciéndolo. No hay fórmulas mágicas que permitan evitar el bloqueo, pero podemos actuar de forma eficaz para superarlo.
Y te aseguro que funciona, ya lo verás.
Para superar el bloqueo tienes que comprender cómo y por qué se produce.
¿Cuándo y por qué te bloqueas?
«Escribe un texto en esta página. Da igual lo que sea, pero necesito que lo hagas mal». Si alguien te pidiera esto, te aseguro que no te atascarías, porque el bloqueo se produce cuando se conjugan dos factores: el todo (tengo que escribir un texto perfecto) y la nada (la página en blanco). Estos dos elementos nos impiden avanzar: uno de ellos es emocional y, el otro, físico.
El emocional
El elemento emocional tiene que ver con nuestro grado de exigencia, ya sea hacia nuestro propio trabajo o porque nos preocupa lo que piensen los demás. El miedo a hacerlo mal es un componente que debemos afrontar.
El elemento físico
El elemento físico es la página en blanco.
La sensación de tener todo el trabajo por hacer, que surge al ver la página en blanco, genera el bloqueo
Una pauta sencilla para superarlo
Desactivo el mecanismo emocional
Muchos escritores dicen que el temor ante la página en blanco desaparece cuando ya no lo está. Y es muy cierto.
En una situación así escribe cualquier cosa relacionada con el tema que quieras tratar. ¿Quieres componer una escena y mostrar a tus personajes en acción? ¡Hazlo! Sin pensar. Toca lluvia de ideas, proceso creativo, no importa que esté mal, ya lo reescribirás.
Así superas la barrera emocional, porque los procesos de corrección y reescritura son más fáciles de afrontar: «Salga como salga, ya puliré después». Esta es la actitud.
Desactivo el factor físico
Cuando hayas escrito dos o tres párrafos siguiendo esta pauta comprobarás que el bloqueo ha desaparecido. El emocional, porque tendrás un texto base sobre el que podrás trabajar. El físico, porque la página ya no estará en blanco.
El bloqueo ante la página en blanco se neutraliza cuando comprendes
que puedes controlar el mecanismo emocional que lo produce,
que es algo que está en tus manos y que funciona.
- De lo abstracto a lo concreto
Centrarse en lo concreto requiere más esfuerzo que pensar en abstracto, pero es importante empezar por ahí. Si tienes que describir una escena que se desarrolla en un bosque, que es un término muy poco específico, transfórmalo en elementos concretos que se encuentren en el escenario: roble, hojarasca, lobo, musgo, pedregoso, cabaña, helechos… y piensa en términos concretos que contribuyan a provocar determinados estados de ánimo: lluvia, viento, gris, anochecer, aislamiento, brujería…
Piensa en tus personajes y en las acciones concretas que realizarán en escena: se pelearán, discutirán. Uno de ellos cogerá una piedra mientras que el otro desenvaina la espada; se estudian mientras miden sus fuerzas. Adrián desvía la mirada hacia el camino para comprobar si llegan los refuerzos…
Para plasmar acciones concretas, en primer lugar tienes que visualizar en tu mente lo que ocurre en escena. Sabemos que el bloqueo llega cuando intentas plasmar con palabras eso que tienes en mente, así que evita preocuparte por eso. Escribe lo que ves, no importa si lo haces bien o mal. Tú, escribe.
Y a partir de aquí, repasa, pule, recorta, precisa, completa, escribe, escribe, escribe…
Por Sara Martínez | Psicóloga clínica